LO COTIDIANO


Para el amor no hay cielo, amor, sólo este día;
este cabello triste que se cae
cuando te estás peinando ante el espejo.
Esos túneles largos
que se atraviesan con jadeo y asfixia,
las paredes sin ojos,
el hueco que resuena
de alguna voz oculta y sin sentido.
Para el amor no hay tregua, amor. La noche
no se vuelve, de pronto, respirable.
Y cuando un astro rompe sus cadenas
y lo ves zigzaguear, loco, y perderse,
no por ello la ley suelta sus garfios.
El encuentro es a oscuras. En el beso se mezcla
el sabor de las lágrimas.
Y en el abrazo ciñes
el recuerdo de aquella orfandad, de aquella muerte.

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domingo, 7 de febrero de 2010

Yo soi Rosario Castellanos

Naci en la Ciudad de México el 25 de mayo de 1925, después de mi nacimiento fui llevada a Comitán, Chiapas, la tierra de mis mayores; ahí transcurrió mi infancia y pubertad. A los 16 años regrese al Distrito Federal, graduándome de maestra en filosofía en la universidad Nacional Autónoma de México en 1952. Fui promotora de cultura en el Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas, en Tuxtla Gutiérrez; trabaje luego en el Centro Coordinador del Instituto Indigenista de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, y en el Indigenista de México fui la redactora de textos escolares durante 5 años y durante 10 desempeñe la Jefatura de Información y Prensa en la UNAM, cuando fungía como rector el Doctor Ignacio Chávez, también fui catedrática en la Facultad de Filosofía y Letras de la misma Universidad, ejerciendo siempre con gran éxito el magisterio, tanto en México como en el extranjero.



Mi mundo de estuvo cifrado por el feminismo, reflejando en mis poesías y ensayos la condición femenina de muchas mujeres, es por ello que mi vida fue como espejo de las mujeres de mi tiempo mediante la expresión de la dualidad aceptación-resistencia de lo regido por la figura ideal y del universo de lo inmediato.
Edifique un universo a partir de algunas formas de dominación social. En 26 años, de 1948 a 1974,dedique mi vida a crear una obra que la expresara de cuerpo entero, y que al describirla fuese una especie de registro del mundo en el que me tocó vivir; lo femenino en mi obra es un tema circular.


Mi muerte
Radique en Israel desde mi nombramiento como embajadora de México en ese país, donde destaque también como catedrática de la Universidad Hebrea de Jerusalem, hasta mi muerte, acaecida en Tel Aviv el 7 de agosto de 1974. Una descarga eléctrica acabó con mi vida;mis restos, por órdenes del Presidente Luis Echeverría, serían sepultados en la Rotonda de los Hombres Ilustres, en la Ciudad de México.

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